El ojo es para el dibujante como el oído para el músico, condición natural más educación esmerada.
La educación del ojo es fundamental para la comprensión de la forma, el ojo se ejercita con la observación, y la observación se desarrolla con el dibujo. Dibujar no es reproducir lo que vemos, es reproducir lo que sabemos sintiendo o palpitando lo que vamos viendo.
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