La pintura siempre muestra una parcela de la realidad y es inevitable que no hable del pintor. Ya que la obra no es solo la materialización de la percepción de un hombre, sino la puerta de entrada a su mundo interior. La pintura nos habla del pintor, de su sensibilidad, de su intelectualidad, de su temperamento, de su complejidad o sencillez ... y nos habla de lo que sabe pero también de lo que ignora.
Hay pintores que creen que deben mostrar en forma directa su interior, incluso hasta se despreocupan de mostrar la realidad exterior. Hay algunos que prefieren lo intelectual y complejo, y cuanto mas complejo mejor. Y otros optan por la simplicidad. Hay pintores que de la realidad exterior solo ponen el acento en una parte de ella, como por ejemplo los ideales políticos o filosóficos. Así su pintura es partidista y su línea temática puede llegar a ser ideológica. Hay quienes ponen el acento en lo religioso, hoy casi nadie, salvo para denostar. Hay pintores que son ellos mismos su pintura, porque ponen el acento en el artista mas que en el arte y ven arte solo por estar hecho por ellos, que son los artistas. Hay quien pone el acento desmesuradamente en la expresividad, sin dar ningún crédito a la técnica que tantos siglos nos a costado conseguir.
Es decir, la variedad es enorme y podría seguir un buen rato con esto, pero lo mas importante y que de alguna manera es lo que cuenta, que no siempre somos conscientes de lo que mostramos de nosotros mismos cuando pintamos, hablamos o escribimos, y me parece que tampoco somos muy conscientes que, entre los que miran nuestra obra o nos prestan su atención, hay quienes saben apreciar lo auténtico.
Guillermo Pena
Guillermo Pena
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